martes, 15 de enero de 2008

Un espejo

Un espejo somos.
Aquí estamos para vernos y mostrarnos, para que tú nos mires, para que tú te mires, para que el otro se mire en la mirada de nosotros.
Aquí estamos y un espejo somos.
No la realidad, sino apenas su reflejo.
No la luz, sino apenas un destello.
No el camino, sino apenas unos pasos.
No la guía, sino apenas uno de tantos rumbos que al mañana conducen.
Cuando decimos "somos" también decimos "no somos" y "no seremos".
Por eso es bueno que, quienes allá arriba son el dinero y quien lo vocea, tome nota de la palabra, atento la escuche y atento vea lo que ver no quiere.
No somos quienes aspiran a hacerse del poder y, desde él, imponer el paso y la palabra. No seremos.
No somos quienes ponen precio a la dignidad propia o a la ajena, y convierten a la lucha en mercado donde la política es quehacer de marchantes que disputan no proyectos sino clientes. No seremos.
No somos quienes esperan el perdón y la limosna de quien simula ayuda cuando en realidad compra y que no perdona sino humilla a quien, siendo, es desafío y reclamo y demanda y exigencia. No seremos.
No somos quienes, ingenuos, esperamos que de arriba venga la justicia que sólo desde abajo se crece, la libertad que sólo con los todos se logra, la democracia que es todos los pisos y todo el tiempo luchada. No seremos.
No somos la moda pasajera que, hecha tonada, se archiva en el calendario de derrotas que este país luce con nostalgia. No seremos.
Somos y seremos uno más en la marcha.
Somos una voz entre todas esas voces.
Seguiremos siendo eco, voz somos y seremos.
Rebeldes seremos.

Subcomandante Marcos
2001

miércoles, 9 de enero de 2008

El perro y el cielo

Un perro mira el cielo y no entiende para qué sirve.
Un perro mira el cielo y le parece enorme.
Un perro mira el cielo y siente que se le cae encima.
Un perro mira el cielo y no se asusta.
Un hombre mira al perro y le pide, en silencio, que le explique para qué sirve el cielo.
Un hombre mira el cielo y cree que entiende todo.
El cielo está ahí para que lo miren, una y otra vez.
Pero el hombre no lo sabe.
El perro sí.

lunes, 7 de enero de 2008

Toboganes

En el cielo no hay toboganes.
Los sacaron cuando advirtieron que las personas
se animaban a subirse por la parte de adelante.

Otro viento mejor

Hay hombres que se atreven,
hombres que se quejan,
y está el dueño de la pelota de hoy.
Ese que maneja los riesgos de mi tierra,
mis vueltos y mi producción.
Hay víboras que curan, frases que te matan
y está la telaraña de lo que quedó.
Pero en la punta del árbol más alto haremos nidos...
Y buscaremos otro viento mejor,
uno que nos devuelva la voz.
Y habrá estrellas como huellas del destino.
Del camino de los que siempre gritaron y nadie escuchó.
De los que siempre buscaron un viento mejor.

Hay villas de emergencia,
emergencias en mi gente
y no hay ni un solo cargo que venga a hablar hoy.
y así en la punta del árbol más alto haremos nidos...
Y buscaremos otro viento mejor,
uno que nos devuelva la voz.
Y habrá estrellas como huellas del destino.
Del camino de los que siempre gritaron y nadie escuchó.
De los que siempre buscaron un viento mejor.

Y no habrá que pagar después,
las deudas de no sé quién.

Locura de pensar, a un árbol gigante como mi lugar.
Más loco voy a andar,
si cambio ilusiones por la cuenta del bienestar.

PSF

La realidad

Arteramente,
el piso se hunde palmo a palmo,
rendido de pronto a su propio cansancio.
Pero no, no es el piso:
los pies se hunden palmo a palmo,
simuladas raíces andariegas
que no pueden continuar simulando.
Pero no, no son los pies:
el pensamiento se hunde palmo a palmo,
en busca de un espacio mayor,
de un cuerpo que de veras lo contenga.
Pero no, tampoco es el pensamiento:
la realidad se hunde palmo a palmo,
la realidad que ya no se conforma
con ser nada más que realidad

Roberto Juarroz

domingo, 6 de enero de 2008

Los que habitan el cielo

En el cielo están los que no pecan.
Los que son formales y corteses.
Los que piden permiso.
Los que ponen la otra mejilla.
Los que aceptan órdenes.
Los que no creen en la magia.
En el cielo habitan los que dicen siempre sí.
Los que creen en el cielo.
Los que creen en el infierno.
Abajo, fuera del cielo, detrás del cielo, están los otros.
Los que exigen un cielo mejor.
Los que luchan por un cielo más justo.
Los que no tienen mejillas que mostrar.
Los que esperan que la paloma salga del sombrero del mago.
Los que no quieren saber cómo es el truco.
Abajo, fuera del cielo, detrás del cielo, están los que creen que hay que tomar el cielo por asalto.
Porque creen que cielo es una palabra demasiado linda como para atarla a un único destino.
Porque les gusta pensar en muchos cielos, muchos destinos, muchos caminos para andar.

jueves, 3 de enero de 2008

En el aire

Hay veces en las que se prende una luz roja y se escuchan ciertas voces.
Hay veces en las que esas voces dicen cosas que muchos no quieren escuchar.
Hay veces en las que hay oídos con ganas de escuchar lo que a otros les irrita.
Hay veces en las que esos que tienen oídos atentos se multiplican, se agrupan, se organizan y así, juntos, dejan escapar una lágrima.
Hay veces en las que todo eso (la luz roja, las voces, los oídos, el llanto) parecen lo más natural del mundo.
En ese momento es que hay que apagar la radio y empezar de nuevo.
Porque empezar de nuevo significa estar vivo.
Porque estar vivo es respirar a la par de otros.
Porque cuando respiramos somos libres, y volamos.
Porque cuando volamos no hay tormenta que nos detenga.
Sólo queda el viento.
Y el viento es nuestro.


a mis amigos y compañeros de La Siesta, eternamente.